Síndrome del Falso recuerdo
El síndrome del falso recuerdo ocurre cuando rellenamos huecos en nuestra memoria, resultamos sugestionados o confundimos hechos imaginados con reales.
Cuando intentamos recuperar un recuerdo, solemos mirar hacia arriba y a la izquierda.
Un recuerdo falso es un recuerdo de un evento que no ocurrió o una distorsión en un evento que ocurrió, pero no exactamente como se recuerda.
Cuando recuperamos recuerdos, no lo hacemos de forma exacta, ya que la memoria no guarda todos los detalles, por lo que en realidad hacemos una reconstrucción de lo que ocurrió.
Es habitual que mezclemos recuerdos o introduzcamos involuntariamente elementos que guardan alguna relación para nosotros, pero no necesariamente formen parte de este recuerdo.
También se ha comprobado que es relativamente sencillo implantar recuerdos completamente falsos con técnicas como la sugestión, la hipnosis, o simplemente presentando «pruebas falsas» que apoyen este falso recuerdo.
El síndrome del falso recuerdo está aceptado como sesgo cognitivo pero no como trastorno mental.
Ejemplos
Los falsos recuerdos se han podido comprobar en muchos casos de abusos infantiles, y han sido ampliamente estudiados por Elizabeth Loftus, matemática y psicóloga estadounidense, con más de 20 libros y alrededor de 500 artículos científicos sobre el tema.
En uno de sus experimentos más famosos, Loftus reclutaba a una serie de voluntarios y les mostraba grabaciones en las que se podían ver vehículos chocando entre sí.
Cuando se les pedía a los voluntarios que recordasen el contenido de las grabaciones, se utilizaron unas frases muy concretas para decirles que tenían que evocar lo que habían visto. En el caso de algunas personas, la frase que utilizó contenía la palabra «contactado», mientras que en otros se cambiaba esta palabra por el término «golpeado», «colisionado» o «destrozado». El resto de la frase era siempre la misma para todas las personas, y sólo cambiaba la palabra que describía la acción de chocar. Se les pedía a los voluntarios que dieran su opinión acerca de la velocidad a la que iban los vehículos.
Aunque todos habían visto lo mismo, el modo en el que se les pedía que recordasen alteraba sus recuerdos. Las personas a las que se les habían dado las instrucciones con las palabras «contactado» y «golpeado» decían que los vehículos iban a una velocidad más baja, mientras que esta era mucho más alta si se les preguntaba a las personas con las que se habían usado los términos «colisionado» y «destrozado».
También se comprobó como se podían inducir recuerdos falsos con el experimento del centro comercial.
En la primera fase de la investigación, se les narraba a los voluntarios, uno por uno, cuatro anécdotas acerca de la infancia de cada uno de ellos. Tres de estos recuerdos eran reales, y las explicaciones acerca de estas experiencias habían sido construidas gracias a la información que los familiares de los voluntarios le habían dado a Loftus, pero uno era falso, totalmente inventado. Esta anécdota ficticia trataba sobre cómo los participantes se habían perdido en un centro comercial cuando eran pequeños.
Unos días más tarde, se volvió a entrevistar a los voluntarios y se les preguntó si recordaban algo acerca de las cuatro historias que se les había explicado en la primera parte del estudio. Una de cada cuatro personas dijo recordar algo acerca de lo que ocurrió cuando se perdieron en el centro comercial. Pero, además, cuando se les dijo que una de las cuatro historias era falsa y se les pidió que adivinasen cuál de ellas era pura ficción, cinco de las veinticuatro personas que participaron fallaron a la hora de dar la respuesta correcta. Con un mínimo esfuerzo, un falso recuerdo se había instalado en su memoria.
+ Info
Falsos recuerdos – Wikipedia
Recuerdos implantados, falsos recuerdos – Cenit Psicólogos
Un estudio demuestra lo fácil que resulta implantar falsos recuerdos – Gizmodo
False memory – Wikipedia (eng)
Imagen de Julia M Cameron.