Sesgo de Omisión

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El Sesgo de Omisión se da cuando consideramos menos grave un daño causado por inacción que uno causado por acción. En otras palabras, tendemos a juzgar más duramente las consecuencias de hacer algo que las de no hacer nada, incluso cuando el resultado es igual o peor.
Sesgo cognitivo de Omisión
El artículo 195. 1 del Código Penal castiga la omisión de socorro al disponer: “El que no socorriere a una persona que se halle desamparada y en peligro manifiesto y grave, cuando pudiere hacerlo sin riesgo propio ni de terceros, será castigado con la pena de multa de tres a doce meses”.
El Sesgo de Omisión muestra que la tendencia a evitar la acción puede distorsionar nuestros juicios y decisiones.

Este sesgo influye en nuestra toma de decisiones y juicios morales, haciendo que las omisiones parezcan menos reprochables, aunque sus consecuencias sean significativas. Reconocer este sesgo es crucial para evaluar de manera más equilibrada las consecuencias de nuestras acciones e inacciones.

Un ejemplo cotidiano

Un ejemplo común ocurre en la salud. Si alguien decide no vacunarse y contrae una enfermedad grave, es posible que lo perciba como menos grave que si hubiese recibido una vacuna que causó efectos secundarios adversos, aunque la segunda opción tenga menos probabilidades de ocurrir.

Otro caso se da en el ámbito laboral. Un gerente puede evitar tomar medidas disciplinarias contra un empleado problemático por temor a parecer autoritario, incluso si la inacción afecta negativamente al equipo.

¿Por qué ocurre?

El Sesgo de Omisión ocurre debido a varios factores psicológicos:

  • Aversión al riesgo: Hacer algo implica un riesgo percibido mayor que no hacer nada.
  • Responsabilidad percibida: Las personas sienten más responsabilidad por las acciones que por las omisiones.
  • Moralidad intuitiva: Culturalmente, solemos juzgar las acciones como más intencionales y, por ende, más censurables que las omisiones.
  • Falta de atención a las consecuencias: Las omisiones a menudo pasan desapercibidas o son más difíciles de rastrear.

Impacto en la vida diaria

El Sesgo de Omisión tiene implicaciones importantes en varios aspectos de nuestra vida:

  • Toma de decisiones médicas: Las personas pueden evitar tratamientos o procedimientos por miedo a los riesgos, incluso si la inacción tiene consecuencias más graves.
  • Educación: Un maestro puede ignorar a un estudiante que muestra señales de problemas emocionales, pensando que intervenir podría empeorar la situación.
  • Relaciones personales: Evitar confrontaciones necesarias puede llevar a problemas acumulativos en una relación.
  • Política y justicia: Los legisladores o jueces pueden optar por no actuar en ciertos casos para evitar críticas, incluso si su inacción perpetúa injusticias.

¿Cómo evitar este sesgo?

  • Evaluar las consecuencias de la inacción: Reflexiona sobre los posibles resultados de no tomar una decisión.
  • Buscar información objetiva: Considera datos y hechos en lugar de depender de juicios emocionales.
  • Aceptar la responsabilidad: Reconoce que las omisiones también son decisiones y pueden tener un impacto significativo.
  • Fomentar la acción consciente: Desarrolla el hábito de enfrentar situaciones difíciles en lugar de evitarlas.

Investigación sobre este sesgo

El Sesgo de Omisión ha sido estudiado ampliamente en el campo de la psicología moral. Ritov y Baron (1990) realizaron una serie de experimentos en los que los participantes debían tomar decisiones médicas hipotéticas. Por ejemplo, se les presentó un escenario donde podían administrar un medicamento que tenía una pequeña probabilidad de causar efectos secundarios graves, o no administrarlo, lo que resultaba en un riesgo similar pero causado por la enfermedad. Los participantes juzgaron más severamente la opción de administrar el medicamento, incluso si la omisión tenía consecuencias igualmente dañinas. Este hallazgo subraya cómo las acciones tienden a ser vistas como más reprochables que las inacciones.

Otro estudio significativo fue llevado a cabo por Spranca, Minsk y Baron (1991), quienes analizaron cómo las personas justifican las omisiones bajo el principio de no hacer daño. En uno de los experimentos, se presentó a los participantes un dilema ético: un jardinero podía usar un fertilizante que beneficiaría a todas las plantas, excepto a una que moriría, o simplemente no hacer nada y permitir que la planta muriera por otras causas. Los resultados mostraron que los participantes consideraban la omisión más aceptable moralmente que la acción, aunque ambas condujeran al mismo desenlace. Esto demuestra cómo el concepto cultural y moral de «no intervenir» puede distorsionar nuestros juicios éticos.

+ Info

Enlace a contenido en español Sesgo de omisión – The Decision Lab

Enlace a contenido en español Sesgo de omisión – Sintetia

Enlace a contenido en inglés Omission bias – Wikipedia (eng)

 

Imagen de Oskars Zvejs en Pixabay.

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