Sugestionabilidad
La sugestionabilidad, o sugestibilidad, se refiere a lo susceptibles que somos de alterar nuestro comportamiento u opiniones basándonos en las sugerencias de los demás.
La hipnosis puede ser una forma de sugestión
La sugestión se da en muchas situaciones de la vida cotidiana, como cuando conocer las ideas de otros afectan nuestra opinión sobre una película, cuando empezamos a escuchar sonidos extraños si los demás creen que estamos en una casa encantada, o cuando leemos sobre una enfermedad que creemos que podemos estar padeciendo y empezamos a experimentar los síntomas que hemos leído.
Otros ejemplos de sugestibilidad son aspectos de la dinámica y el comportamiento de la multitud, así como el pensamiento grupal. Es decir, situaciones en las que hacemos algo porque «lo está haciendo todo el mundo». Incluso bostezar cuando vemos hacerlo a otra persona, es un ejemplo de sugestión.
Todos somos susceptibles de sugestionar o ser sugestionados por otros, en mayor o menor medida, de forma intencionada o totalmente inconsciente.
La capacidad de ser sugestionados por otros aumenta cuando experimentamos emociones intensas, y suele disminuir conforme aumenta la edad (las personas jóvenes suelen ser mas sugestionables). Una alta autoestima y la asertividad también reducen la capacidad de ser sugestionados.
Se ha comprobado que en situaciones estresantes como interrogatorios, la forma de hacer las preguntas puede sugestionar al interrogado y modificar las respuestas, o incluso implantar falsos recuerdos.
En acontecimientos extremos como el abuso sexual, la ansiedad extrema o el maltrato, los niños pueden verse muy sometidos a la sugestibilidad. Es posible que un niño recuerde situaciones que no sucedieron, o que el trauma le impida recordar lo que realmente sucedió.
Las personas más sugestionables también pueden caer con mayor facilidad en estados de trance al ser hipnotizadas.
Autosugestión
La autosugestión es la manipulación consciente de nuestros pensamientos a nivel inconsciente para lograr resultados positivos. Es una técnica utilizada habitualmente por deportistas y para desarrollo personal.
Su descubridor fue Émile Coué, un farmacólogo y psicólogo francés del s.XIX, que tras descubrir el «efecto placebo» con los medicamentos, estudió y desarrolló un método para aprovechar el poder de la autosugestión para lograr un pensamiento más positivo y mejora de resultados.
Las principales técnicas que se utilizan para la autosugestión son:
Autoafirmaciones
Se trata de frases o sentencias que se repiten para aumentar la motivación, la creencia en que se pueden superar determinados obstáculos, o lograr metas. Ej: «soy capaz», «puedo hacerlo», «estaré bien», etc.
Visualizaciones
Se utilizan en situaciones de relajación, y consiste en imaginarse a uno mismo logrando las metas deseadas, con el mayor grado de detalle posible. Se utiliza mucho en la práctica deportiva.
Por supuesto, el poder de la autosugestión funciona cuando se plantean metas realistas, por lo que se recomienda empezar con pequeñas metas e ir actualizándolas a medida que se logran. Repetir con asiduidad, rodearse del entorno adecuado, y los hábitos saludables, potencian los efectos de la autosugestión.
Autosugestión negativa
También existe la sugestión y autosugestión negativa, donde podemos utilizar nuestros propios pensamientos para programarnos incosncientemente de forma que nos perjudica, como la hipocondría, es decir, llegar a sentir síntomas de enfermedades que no padecemos, por escuchar o leer sobre ellas. Otros casos pueden ser crear falsos recuerdos de experiencias traumáticas porque se nos induce a pensar que podríamos haberlas sufrido.
+ Info
Sugestionabilidad – thedecisionlab.com
Émile Coué – Wikipedia
Técnicas de autosugestión – lamenteesmaravillosa.com
Suggestibility – Wikipedia (eng)
Imagen de Wikipedia.